Escribe: CARLOS ALBERTO RICCHETTI*
En el día de ayer, 13 de diciembre siendo las 10.30 de la mañana, tres disparos de arma de fuego pusieron fin a la vida de un gran servidor de la comunidad.
El hecho se produjo dentro de los límites del barrio San José del municipio de Calarcá, más precisamente en la intersección de la Calle 37 con carrera 20, cuando Luis Eberto Pineda Peña fue impactado varias veces en la cabeza.
El hombre de 58 años que era además profesor, abogado, orientaba labores tanto en el ámbito cultural como educativo entre la juventud y había asumido desde hacía años, un compromiso permanente con las causas populares o los derechos humanos.
Hechos
Por motivos desconocidos, pero seguramente relacionados con la su persistente e incansable labor a favor de las mayorías, habría sido abordado por dos hombres, tras descender de una camioneta negra, uno de los cuales abrió fuego en varias ocasiones.
El carácter fatal de las heridas en la cabeza de Pineda Peña, hicieron que falleciera de manera casi instantánea, descartando de antemano cualquier tipo de procedimiento para estabilizarlo hasta poder recibir la correspondiente atención médica.
Junto a los deudos, deja una comunidad perpleja y devastada frente a la celeridad de los acontecimientos que se llevaron a otro de sus seres más queridos, admirado a raíz de sus nobles propósitos, al punto de contar con un enorme ascendente entre los jóvenes, para quienes constituía la encarnación del ejemplo de la lucha por la auténtica libertad.
Testimonio
Jhon Jairo Salinas fue otra de las figuras más reconocidas que rechazó de manera tajante con el magnicidio, destacando la trascendencia del acompañamiento que realizaba en la “Villa del Cacique”.
“Como defensor de derechos humanos, condeno enérgicamente el vil asesinato de Luis Eberto Pineda, reconocido abogado, amigo y colega del Municipio de Calarcá en esa ardua labor”, manifestó.
El enorme momento de pesar no impidió a Salinas establecer un precedente.
“Este es el primer asesinato de un abogado y defensor de derechos humanos en el departamento del Quindío en los últimos diez años. Es un acto cobarde de violencia injustificable, que nos llena de indignación y profunda tristeza”, reconoció.
Hacia el final apuntó a las autoridades, solicitando en nombre de los presentes la pronta judicialización de los autores materiales e intelectuales.
“Exigimos justicia y una investigación exhaustiva para que los responsables sean llevados ante la ley. Descansa en paz, querido Luis Eberto, tu lucha no será olvidada”, aseguró.
Trayectoria
Casado, padre de tres hijos, candidato al Concejo Municipal de la agrupación política “Cambiemos” es recordado a causa de no haberse dejado arrastrar del ego, ese mal endémico que suele nublar el juicio y eclipsar el comportamiento de los presuntos “referentes” del campo popular al que pertenecía.
Funcionario de la Defensoría de Calarcá, colaboró con muchas personas haciéndoles derecho de petición, nunca dejó de enseñar acerca del funcionamiento del Estado, de defender la democracia, la libertad, la vida, la justicia social, la verdad, siempre asumiendo una actitud humilde para poner luz donde había sombras.
Semejante legado inmortal, queda rubricado en la velatón realizada por alumnos, allegados o familiares tras hacerse eco de la trágica desaparición física que buscó en vano silenciar a un férreo contradictor de los poderosos de turno, pero en su lugar sólo logró multiplicar la figura de Luis Eberto Pineda Peña para convertirlo en símbolo, ícono y grito de batalla frente al atropello.
*Periodista, escritor, poeta y cantautor. Director general de Diario EL POLITICÓN DE RISARALDA y de su suplemento, ARCÓN CULTURAL. Integrante del CÍRCULO DE POETAS IGNOTOS.
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