Gustavo Petro buscará retomar las negociaciones de paz con el Eln y apostará porque Cuba vuelva a ser sede de las conversiones con ese grupo armado, que fueron suspendidas desde mediados de 2018. Así lo confirmó el presidente electo este viernes tras reunirse con embajadores de países latinoamericanos entre los que estaba el cubano, Javier Caamaño.
Petro quiere retomar el protocolo ya establecido en las negociaciones que permite la continuación de los diálogos del Eln en La Habana, pero debe ser el Gobierno de Cuba quien acepte volver a auspiciar los diálogos, así como Noruega su papel de garante.
Pero en la mesa no solo estaría Cuba y Noruega, pues España ya ha expresado su disposición de ayudar en el proceso de paz con ese grupo armado, una manifestación similar a la que hizo Chile el pasado jueves tras la reunión de Gabriel Boric con la vicepresidenta Francia Márquez.
Para el presidente electo las negociaciones de paz con esta guerrilla, así como con otros grupos armados, son un tema de interés latinoamericano porque las “violencias ya no son exclusivamente nacionales, sino que se han convertido en violencia multinacionales en la medida que el narcotráfico se ha vuelto multinacional”.
Uno de los primeros pasos que se quieren buscar, según lo referido por el gobierno entrante, es un cese al fuego bilateral que Petro quiere que se extienda también “a otro tipo de organismos armados que pululan en el país”, ya que “es un buen comienzo porque disminuiría de una el número de muertos por violencia”.
Los diálogos entre Colombia y el Eln quedaron suspendidos después de que el presidente saliente Iván Duque le reclamara a ese grupo liberar a todos los secuestrados y renunciar a todos los crímenes relacionados con narcotráfico, minería ilegal, atentados a infraestructura eléctrica y de petróleo, entre otros temas, para poder sentarse en la mesa. Ese escenario jamás se dio.
La ruptura entre la administración de Duque y esa guerrilla se agudizó tras el atentado perpetrado contra la escuela de cadetes de la Policía en Bogotá, en enero de 2019, que dejó 22 muertos y más de 60 heridos. En ese momento la Casa de Nariño paralizó definitivamente cualquier posibilidad de diálogo.
No obstante, el escenario de la campaña presidencial ya vaticina un giro en la relación del Palacio presidencial con esa guerrilla. Desde que Gustavo Petro ganó las elecciones, el pasado 19 de junio, el ELN ha reiterado en sendos comunicados su disposición a reanudar las negociaciones de paz.
A principios de mes, el jefe del Eln, Eliécer Herlinto Chamorro, alias “Antonio García”, aseguró en un comunicado que estaban prestos a “reanudar las conversaciones de paz con el nuevo Gobierno para que sus resultados traigan la paz con justicia social para toda Colombia”.
Las negociaciones del Gobierno con el Eln comenzaron en 2016 durante el Gobierno de Juan Manuel Santos en Quito y en 2018 fueron trasladadas a La Habana donde aún se encuentran los principales dirigentes de la guerrilla, a pesar de que durante el actual Gobierno de Iván Duque se paralizaron definitivamente.
Fuente: VANGUARDIA
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