
La salud y un escenario que se reitera. Esta vez, el turno le tocó al centro de atención ubicado en la Cra. 9 No. 25-25 de la capital risaraldense, el cual no sería la excepción a la hora de prestar servicios de manera irregular con salas desbordadas de usuarios, demoras interminables y la consecuente afectación de quienes concurren tanto a citas como requieren urgencias.
No es la primera vez que la Clínica "Los Rosales" es objeto de las reiteradas quejas de los pacientes derivados allí por las distintas eps.
Motivos
Las principales causas no sólo se deben a la enorme tardanza hasta el momento de recibir la debida atención, en medio de salas de espera saturadas y con pocos profesionales, laborando a destajo para brindar atención a tan elevado número de personas.
En algunos casos de acuerdo con el testimonio de varios denunciantes, al colapso en la prestación de servicios sobreviene el de los propios pacientes, los cuáles en ocasiones no resisten las largas horas y se descomponen antes de llegar a los consultorios.
Fuera de estas situaciones que se reiteran a menudo, pueden observarse a algunos usuarios recostados en el piso al no tener sillas a su disposición o bien, durmiendo a todas horas del día para hacer más tolerable el indeterminado paso del tiempo.
Situación
Desde la aprobación de la Ley 100 durante el gobierno del liberalCésar Gaviria Trujillo y que tuvo como principal ponente al también ex presidente y senador, Álvaro Uribe Vélez, la precarización del sistema de salud no tiene límites.
Los centros hospitalarios dependientes de los dineros de las entidades prestadoras de salud (EPS) o los médicos, poco pueden hacer frente a la falta de pagos, de las demoras en la llegada de los correspondientes recursos, los ajustes de los grupos propietarios para obtener mayor rentabilidad, sin contar la desmesurada tolerancia en materia política de los gobiernos de turno hacia el sector.
Por otra parte debe tenerse en consideración que la salud hace años dejó de ser un servicio público con la obligación de prestar atención en calidad de derecho adquirido por la ciudadanía, para convertirse mayoritariamente en privado. Lejos de ser más eficiente, es fácil de comprobar no sólo la imposibilidad de acceder a los debidos medicamentos, sino la negativa de las prestadoras a asumir ciertos tratamientos, junto a los conocidos inconcenientes del servicio de ambulancias y todo tipo de irregularidades a cambio de un servicio ya no gratuito, ni a cargo de los empleadores o el Estado.
Escribe: ERIKA MARÍA SERNA GALLEGO*

*Periodista gráfica y radial, de amplia experiencia en medios de comunicación tanto oficiales como alternativos.