Escándalo de nóminas paralelas, alcanza a medios masivos y periodistas
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Escándalo de nóminas paralelas, alcanza a medios masivos y periodistas

El director del Departamento Administrativo de la Presidencia (DAPRE), Mauricio Lizcano, habló sobre la denuncia que hizo acerca de unas supuestas nóminas paralelas que el anterior gobierno de Iván Duque realizó por significativas cuantías.

Según explicó Lizcano, las nóminas paralelas son contratos por prestación de servicio a personas que terminan cumpliendo las funciones asignadas a un funcionario público. Es decir, que hay dos personas haciendo el mismo trabajo, una a la cual el Estado le asigna el cargo y las funciones; y otra la que termina haciendo el verdadero trabajo.


"No estamos satanizando el contrato por prestación de servicios, pero hay un gasto desbordado entre el año pasado y este, se han gastado 4,6 billones de pesos por contratos de prestación de servicios, no todos ellos son por nóminas paralelas", señaló el director del DAPRE.


Según lo comentó Lizcano, la razón de la denuncia va dirigida hacia los funcionarios de planta "los que son de corbata y no van a trabajar".


"Estamos abriendo un debate sobre este tema para buscar la eficiencia del Estado y para que quienes están por contratos de prestación de servicios, entren en las nóminas estatales a trabajar como funcionarios públicos", señaló Lizcano.


Sobre la cifra exacta de las personas que pasarían de contrato de prestación de servicios a nómina del Estado, el director del DAPRE manifestó que, conocer el número preciso es muy complicado; sin embargo, dijo que: "cada ministro debe revisar en cada caso cuántas personas se necesitan".

Lo que sí es claro, según Lizcano, es que de los 2,7 billones de pesos que se gastaron en este tipo de contrato: "lo que se busca es reducirlos".


"Estamos discutiendo al interior del gobierno una Directiva Presidencial para la Austeridad que nos debe permitir ahorrar no solo en este sino en otros gastos ostentosos", expresó el director.


Mauricio Lizcano dijo que buscan dar un buen mensaje, ya que con el alza de los impuestos, los colombianos desean ver reflejados en las acciones sociales del gobierno estos recursos y no que terminen aportando al funcionamiento de la burocracia.


Sobre las denuncias al gasto público que evidenció Lizcano, por medio de las bases de datos, estas fueron puestas en conocimiento de la Fiscalía, la cual será la encargada de investigar los hechos.


Dentro de las iniciativas que plantea el debate alrededor de este tema, está el interés de poder darle fin a los contratos de personas de corbata que no van a trabajar y terminar con la duplicidad de funciones, así lo señaló Lizcano.


"Cuando una persona tiene un contrato y no trabaja y solo cobra el sueldo, eso también es corrupción", precisó el director del DAPRE.


Grave situación


El escándalo de las nóminas paralelas no concluye con meros puestos políticos, sino también se extiende al vulgarmente denominado "periodismo prepago", es decir, los medios de comunicación y los periodistas coptados por quienes poseen intereses en difundir información tendenciosa o falsa.


Esto, a fin de afectar tanto los gobiernos como el buen nombre de personas a través de la masificación de pensamientos u opiniones contradictorias que buscan atacar de manera indiscriminada a instituciones, hechos, además de personas opuestas por lo general a ocultar situaciones contra el bien común de la ciudadanía y el país.


Estas acciones se encuentran estrechamente ligadas a los gobiernos de turno, políticos, funcionarios públicos, terratenientes, gamonales, empresarios, grupos armados ilegales, aún a la farándula, entre otros sectores de la vida nacional, a los que lejos de hacer uso de la libertad de expresión -de naturaleza veraz e imparcial- a nombre de un concepto tergiversado de "ejercicio de la prensa libre", buscan proteger a drede a los poderosos.


Semejante desinformación a cambio de incalculables sumas, las cuales podrían destinarse hacia nobles iniciativas teniendo en cuenta los difíciles problemas políticos, sociales, económicos y humanitarios de Colombia, si bien fueron utilizados por distintos modelos en todo el mundo, tuvo su auge, se perfeccionó con los totalitarismos surgidos en la primera mitad del pasado S. XX.


Lamentablemente, las mal llamadas "democracias" -el país no es la excepción- conservan estos rasgos proclives al mantenimiento del subdesarrollo, tendiendo a incrementarse cuando los pueblos comienzan a tomar conciencia de los derechos cualitativos e inalienables que les corresponden. Tal despertar, acaba por despertar la sensación de amenaza, incomodidad, temor, indignación, en aquellos sectores estableciendo de forma tradicional la forma de administrar el sistema, los destinos de la República, las normas y hasta los convencionalismos sociales por más desiguales e injustos que parezcan.


Cuando no existe margen, interés ni intención alguna de llevar adelante una gestión para beneficiar a las mayorías, proporcionarle los mínimos recursos espirituales o materiales porque el Estado se mantiene gracias a una clase política parasitaria, sin estar a la altura de la situación; el ejercicio del poder se limita al sostenimiento de las burocracias partidarias carentes de plataforma viable, de ideología, los gobiernos necesitan reprimir por la fuerza.


La amplia extensión de las ideas, del concepto de derechos humanos, raciales, de género, a la autodeterminación, la libertad, la equidad, la igualdad, no alcanzan a evitar los excesos pero condiciona a los gobiernos a "guardar las apariencias" fronteras dentro y fuera, aunque en la práctica esos fueros o prerrogativas no existan para los ciudadanos. Acostumbrados a vivir en la incertidumbre económica, a leyes nominales destinadas a las masas e inclumplidas por una ínfima capa de la población, a votar cada cuatro años opciones políticas casi similares, desinformarlos se convierte en un elemento insustituible para mantener el establecimiento, antes de aplicar la bala, el garrote, la tortura, de desaparición forzada, la muerte.


Cuando la fe, la religiones convertidas en bolsones electorales, la policía, el ejército, la industria del entretenimiento, la proliferación de antivalores resulta insuficiente al momento de tratar de disimular, de ocultar lo evidente, el rigor tangible de la realidad despiadada, todavía queda la prensa. Con idéntica facultad para educar, formar, enseñar, mal empleada contribuye a alterar la paz, promover el odio social -en especial a los invisibles- a quienes pregonan la verdad, desenmascarando injusticias atroces.


Con los dineros de los colombianos, al margen de robar, lavar, corromper, dividir, coaccionar, evadir, de depositarlo en paraísos fiscales, de "jugarse a la ruleta" en la bolsa de valores lo que debería destinarse a áreas específicas como las pensiones, la educación, también se le pagan nóminas desproporcionadas a periodistas, como si fueran empleados directos de la Casa de Nariño.


Junto a los medios masivos de comunicación, algunos de estos personajes reciben sueldos millonarios, pautas estatales de empresas, contratos de publicidad millonarios por parte de banqueros, testaferros, actores armados, despojadores de tierras, asesinos de campesinos.


La inmensa mayoría de los contribuyentes los reconocen en radio, televisión, diarios y revistas. Los más reconocidos son, entre otros:

  • Vicky Dávila

  • Luis Carlos Vélez

  • Claudia Gurisatti

  • María Andrea Nieto

  • Carlos Antonio Vélez

  • Alberto Bernal

  • Néstor Morales

  • Felipe Zuleta

  • Darcy Quinn

  • Rafael Nieto Loaiza

  • Salud Hernández

  • Vanessa de La Torre

A estas caricaturas de informadores parcializados, cabe sumarle la de sus homólogos en las regiones, sobreviviendo mediante la limosna de senadores, representantes, diputados, concejales, los politiqueros o pequeños caudillos de municipios o veredas, devenidos en celosos guardianes del privilegio en detrimento de la necesidad de segmentos enormes de población indefensa.


La misión es muy simple: Saturar con mentiras los sistemas de información a su cargo para hacerlas ver como la realidad. No conformes, expresar puntos de vista parcializados. La prueba fehaciente fue el dolor, la tristeza, al quedar confirmada la demoledora victoria de Gustavo Petro, cuyos electores surgieron del subsuelo olvidado de la Patria, al tener la certeza que el ahora Presidente, al cual se habían dedicado a denostar, por orden del pueblo les arrebataría el soborno.


Por esa razón, desesperados al tratar de recuperar sus prebendas malhavidas, le exigen al Gobierno Nacional hacer en poco más de treinta días lo omitido durante doscientos años de ocultamiento absoluto de la verdad, agitando el malestar porque sus "patrones" deberán pagar de manera proporcional a sus ganancias en impuestos, el costo del progreso que les corresponde como en el resto de los países desarrollados y socialmente justos.


Es necesario que los gobiernos informen a la comunidad, den a conocer su trabajo a quienes les dan el voto o no. Pero ninguno esta obligado a pagarle a nadie para decirle qué, cómo, cuándo, dónde pensar. Menos, a los operadores privados. La única verdad es la realidad objetiva, incontrastable, que a su vez es hija del tiempo y tal como pudo demostrarse durante el Paro Nacional de 2021, frente al escarnio, el atropelllo, el despojo, el crimen social, estan los jóvenes, los hombres, las mujeres, los ancianos, con la autoridad soberana para hacer sonar el escarmiento.


Fuente: CARACOL NOTICIAS / DIARIO EL POLITICÓN

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