Museo Gráfico y Audiovisual del Quindío, desafiando al desinterés por lo propio
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Museo Gráfico y Audiovisual del Quindío, desafiando al desinterés por lo propio


Frente al presunto desinterés de una buena parte de las nuevas generaciones, el olvido más o menos alevoso, la eventual complicidad de las distintas autoridades, incapaces de destinar al menos unos cuantos pesos a la cultura, a la revaloración de los objetos patrimoniales, a la memoria del pasado, se encuentra Luis Fernando Londoño Aristizabal, responsable del Museo Gráfico y Audiovisual del Quindío ubicado en el municipio de Calarcá.


Otra vez, como una especie de gladiador de los tiempos modernos, Londoño vuelve a quedar practicamente abandonado a su suerte, luchando sólo, en defensa de este indescriptible valuarte cultural ya no del Eje cafetero, sino de los colombianos, el cual vuelve a correr el riesgo de desaparecer del mismo.


Los temores son que el museo corra la misma suerte de una escuela de arte, propiedad del eximio pintor, Henry Villada y de Taller Dos, escuela de dibujo, pintura y caricatura, dirigida por el maestro Mario García. La primera, a razón del forzoso traslado a la capital departamental, Armenia, mientras la segundo, a causa de no soportar en materia económica el literal abandono oficial, ni la ausencia de un compromiso fiable para salvarla de la hecatombre.


¿Salto al vacío?


Si bien todavía nada esta perdido y se barajan además algunos lugares donde trasladar el museo, la mudanza parecería ser un hecho casi inminente. El problema es que de no hallarse un lugar definitivo, miles de testimonios audiovisuales podrían perderse definitivamente.


"Tenemos la esperanza de que el museopoder ocupar la casa donde residía Humberto Jaramillo Ángel y ojalá se pueda dar", lamentó Londoño Aristizabal.


Importancia


Al margen del gran número de cámaras fotográficas, proyectores y objetos de un valor testimonial incalculable, dentro del museo, donde también se realizan reuniones o eventos de diversa índole, a través de la labor incansable de su responsable, se rescatan de la destrucción numerosos documentos de todo tipo, los cuales se pasan a microfilm, además de brindárseles todo tipo de cuidados.


De allí la suprema relevancia de mantenerlo activo, funcionando, para preservar fotografías, películas, objetos diversos, elementos que hacen al patrimonio vernáculo de la cultura, la memoria y el apasionante viaje nostalgico donde el sentido de pertenencia se exalta por el hecho de viajar al pasado, más no sea por unos breves instantes.


Anécdotas


Aún en medio de la labor titánica que implica el desafío de sobrevivir, el alma inquieta de Luis Fernando Londoño Aristizabal lo llevó a rescatar de manos inexpertas un testimonio fílmico de valor incalculable como lo puede ser la visita del Carlos Lleras Restrepo (1908 – 1996), presidente de Colombia de 1966 a 1970, al municipio de Quimbaya.


El responsable del museo se vio en la necesidad de interactuar para obtener no sin algún sacrificio personal mediante, ese material que gracias a su experiencia recuperando documentos y buenos oficios, no quedó perdido para siempre.


Lo que escapa a la imaginación del narrador de éste artículo, es si el actual vicepresidente de la República, Germán Vargas Lleras, sobrino nieto de Carlos Lleras Restrepo, llegará algún día a saber de la existencia de ese cortometraje, pero más del encargado de recuperarla para los tiempos, desafiando el abandono gubernamental, quien a fuerza desde el amor de su corazón día a día, libra una lucha desigual en salvaguarda de la memoria de sus compatriotas.



Entrevista y escribe: CARLOS ALBERTO RICCHETTI*









*Periodista, escritor, poeta y cantautor. Director general de Diario EL POLITICÓN DE RISARALDA y de su suplemento, ARCÓN CULTURAL. Integrante de ¡UYAYAY! COLECTIVO POÉTICO, además del CÍRCULO DE POETAS IGNOTOS.

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