A la edad de 86 años murió en Bogotá el científico calarqueño Octavio Guzmán Baena, que desempeñó sus funciones como profesor e investigador de la universidad Nacional de Colombia. Estudió su bachillerato en el colegio Robledo de Calarcá y luego hizo su carrera de Físico Nuclear en la universidad de Bonn, en Alemania.
Allí mismo estudió un máster en la misma materia y, más tarde, se doctoró como Físico Nuclear del mismo centro superior de estudios de Europa Central. Trabajó inicialmente en Alemania, en varias universidades y luego se hizo docente e investigador de tiempo completo de la Universidad Nacional de Colombia.
Fue uno de los primeros profesores e investigadores colombianos dedicados a la Física Nuclear, y a las materias específicas de nanotecnología y fluídos magnéticos, que puso a disposición de la ciencia, la tecnología y la industria en Colombia.
Con el profesor Hernando Ariza Calderón, de la universidad del Quindío, crearon el Instituto Interdisciplinario de las Ciencias de esta universidad, así como el laboratorio de física adscrito al mismo centro de estudios.
La destacada científica calarqueña Martha Cecilia Bustamante, premiada por la Academia de Ciencias de Francia, dijo recientemente en una entrevista con EL QUINDIANO, que su vocación de Física y Astrofísica, y ahora por la Física Cuántica, había nacido precisamente escuchando en una conferencia, en el colegio de Calarcá, al profesor Guzmán Baena.
“Vino al colegio el profesor Octavio Guzmán Baena, yo era estudiante de bachillerato, y después de la charla, decidí que iba a estudiar Física. Era posible que una persona, como Octavio, nacido en un pueblo pequeño como Calarcá, tuviera ese conocimiento tan enorme, y me pregunté por qué yo no lo podía hacer”, sostuvo la científica Bustamante.
Octavio Guzmán Baena nació en una familia cafetera de Calarcá. Sus padres Jesús Antonio Guzmán y María Dolores Baena tuvieron 24 hijos, de quienes sobrevivieron 15, según relata Nelson Guzmán, hermano de Octavio. De los 15, Octavio fue el mayor. “Todos fuimos al colegio y a la universidad, somos 12 maestros en universidades y colegios en Colombia”, sostiene Nelson.
El padre, Jesús Antonio, tenía un par de fincas en la vereda Los Balsos, en Buenavista, con sus frutos compró una casa en Calará para educar a sus hijos. Todo aquello que se conseguía en su trabajo como cafetero lo invertía en la educación de sus hijos, 8 hombres y 7 mujeres.
“El viejo solo pensaba en educarnos. Trabajaba sin cesar, sacaba café y plátano, vendía en el pueblo y con eso nos educó. En la última etapa de su vida, cuando aún no terminaba de educar a sus hijos, vendió la primera finca para terminar con su labor de darle estudio a su prole. Así, con ese dinero, producto del trabajo honrado, mi hermano Octavio fue a Alemania y estudio lo que quería, Física Nuclear”, relata Nelson Guzmán Baena.
Las exequias del científico calarqueño Octavio Guzmán Baena se realizan este jueves 15 de febrero en Bogotá. Se le rendirá un homenaje civil en la Sala de Velación Gaviria y un homenaje académico en la Universidad Nacional de Colombia.
Fuente: PERIÓDICO EL QUINDIANO
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