La familia en pleno: Rodeando al graduado de izquierda a derecha, su señora madre,
Carmenza Mosquera, María del Carmen Palomino Moreno y la hermana, Kelly
Enorme satisfacción siente la familia Mosquera Córdoba tras la obtención del grado en leyes de su hijo dilecto Oscar, quien luego de innumerables esfuerzos y dedicación, tras cursar en la Universidad Libre de Pereira logró aprobar las asignaturas para obtener la especialización en derecho penal.
De allí el motivo de la celebración íntima que tendrá lugar en la casa familiar ubicada en “La Perla del Otún”, donde la familia se encontrará para celebrar dicha ocasión única e inolvidable en el día de la fecha, 30 de agosto de 2024.
Balón mediante
Nacido en Santa Cecilia, corregimiento de Pueblo Rico, Risaralda e hijo de Doña Carmenza Córdoba, sorteando enormes desafíos como sacrificios personales para superarse constantemente a fuerza de trabajo o estudio, desde pequeño supo mostrar una gran afición por el fútbol, desempeñándose en calidad de delantero.
Futbolero de “racamandaca”, podría decirse que Óscar vino al mundo con un físico privilegiado. Espigado, dueño de ese tipo de delgadez que no permite engordar jamás, pero tan elegante como un príncipe zulú, su físico parecía poseer la aerodinámica ideal a la hora de perforar el viento al momento de picar de abajo a arriba, sobre el extremo derecho del field.
Sin embargo, durante una de las tantas “recochas” entre amigos, este apasionado hincha del América de Cali tuvo el infortunio de cruzarse con una de esas piernas inescrupulosas que nunca faltan por el camino, provocándole la severa lesión en la rodilla que acabó por marginarlo de una eventual carrera.
Semblanza
De vuelta a una realidad muchas veces incompatible con los sueños, Oscar no se resignó. Genuino muchacho de pueblo, nada lo iba a detener en su corta carrera por convertirse en alguien en la vida.
Aún contando con el inmenso amor incondicional, el apoyo intrínseco de la familia, culminada la educación básica formal, siempre se esforzó para encontrar empleos que le permitieran no solamente sostenerse, sino pagar las correspondientes cuotas académicas.
Inteligente, meticuloso, taciturno sin dejar de ser divertido, solidario a ultranza, además de albergar la virtud de cierta inocencia inexistente en los jóvenes de su edad y de esta época, traducida en su peculiar risa o gestos luminosos de niño, nunca olvidó a quienes por así decirlo “le dieron la mano” al momento de cristalizar sus metas.
Durante el transcurso de los años, los sacrificios para sacar adelante el hogar, en base al amor inconmensurable de Doña Carmenza, de su abnegada dedicación, se vieron complementados con el apoyo incondicional del resto de sus familiares como María del Carmen, máxima referente de la familia Palomino Moreno, de la fallecida Teresa y de la hermana menor, Amelia, brindándole el soporte espiritual o emocional que Óscar nunca deja de exaltar.
Debido a las mencionadas circunstancias pero quizás también a las distintas vueltas enigmáticas del destino, lejos de sortear las aguerridas marcas en el transcurso de un match de fútbol de importancia dispar, este joven recién salido al mundo de los adultos deba llevar a cabo fintas más exigentes, dentro del marco de una Colombia tan ávida de justicia como de buenas personas, capaces de hacerlas cumplir.
Por esa razón, gracias a una hombría de bien a prueba de vanas tentaciones, a la impronta demostrada para vencer las distintas adversidades, junto a la unión mancomunada, indivisible e indestructible de personas excepcionales como lo son sus seres queridos, hoy Óscar Mosquera Córdoba se une a la larga lista de profesionales no sólo de la capital risaraldense, sino de la propia familia.
Además de los Palomino, participan de este magno acontecimiento las familias Moreno, Mosquera, Córdoba, Hinestroza, Castrillón, Palacio y Ricchetti, dándole en primer término gracias a Dios por la posibilidad de augurar a Óscar un promisorio futuro en el complejo mundo legal.
Fuente: DIARIO EL POLITICÓN DE RISARALDA
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