Cuesta creer que en un tan país rico como Colombia y más aún al interior de la incipientemente próspera Pereira, pueda haber dos adultos mayores sin ningún tipo de respaldo económico, sobreviviendo a duras penas en el sector de la Catedral.

Lo cierto es que por razones desconocidas, el matrimonio compuesto por Socorro Martínez y Leonardo Salazar se instaló en la intersesión de la Calle 20 con Carrera 8va. Pero a pesar de la indignación inicial, hasta el momento ningún ciudadano o autoridad competente se manifestó al respecto ni mucho menos al parecer contribuyó a rescatarlos del abandono en el cual se encuentran, sin prestarles ningún tipo de ayuda.
¿Complot?
En medio de las críticas del actual sistema pensional, incapaz de garantizar que miles de colombianos puedan disponer de una vejez tranquila después de habe trabajado durante décadas, de la ausencia de políticas eficaces del Estado destinadas al sector, resulta incomprensible al ser consagrada Colombia como un Estado de Derecho en la Constitución de 1991, la inexistencia real de verdaderos derechos para la protección ya no sólo de estas personas, sino de la población en general.
Mucho más, cuando llueven los rumores de aumentar la edad pensional, existe tamaña precarización del sistema de salud o conseguir insumos médicos resulta una proeza incluso para quienes los pueden pagar, pero son obligados a ir de una farmacia a la otra a tratar de adquirirlos porque sencillamente, no aparecen por ningún lado.
Siquiera al menos, una política pública para brindarles albergue, una comida caliente, el necesario descanso a dos personas de edad avanzada que por la incompetencia del Estado debe permanecer en condiciones infrahumanas.
Indiferencia
Lo más triste, es encontrar personas que además de guardar silencio, de estar dispuestas a pregonar mentiras hasta en las redes sociales o telefonía móvil, de quejarse por mucho menos, aceptan situaciones inaceptables como si se tratara de algo normal, parecieran no querer darse por aludidas.
Pero lo peor es como muchos, presa de esa alarmante indiferencia, de manera sistemática se rehusan inexorablemente a evitar la continuidad de hechos vergonzosos como este hasta en las urnas, a la hora de elegir gobernantes eficientes, haciendo cumplir la leyes, las obligaciones y los derechos inalienables de cada ciudadano.
Escribe: ERIKA MARÍA SERNA GALLEGO*

*Periodista gráfica y radial, de amplia experiencia en medios de comunicación tanto oficiales como alternativos.