El reconocido dirigente político del "Municipio Industrial", tuvo un rol decisivo en el triunfo del flamante presidente electo, Gustavo Petro.
Aunque desde el comienzo de la carrera hacia la Casa de Nariño hizo una correcta lectura de la realidad, como ocurrió con numerosos líderes políticos, el hecho de inclinarse en favor de la candidatura del líder del Pacto Histórico le atrajo el malestar, producto de la incomprensión de algunos ciudadanos exaltados acerca del momento histórico que vive el país.
No obstante, sacrificando sus propios intereses personales, apelando al diálogo en calidad de puntapié inicial de todo entendimiento, dio a entender en numerosas ocasiones las razones llevándolo a apoyar al oriundo del departamento de Córdoba, a sabiendas de no compartir al cien por ciento su ideología, pero consciente de ser el mejor candidato por personalidad y propuestas.
Liderazgo y éxito
Fiel a profundas convicciones, sin dudarlo un sólo instante más, además de tomarse la molestia durante varios meses de convencer a sus allegados, puso manos a la obra.
Movilizando a amplios sectores en torno a su domicilio, junto a un nutrido grupo de colaboradores, prestó desinteresada e incondicional ayuda para hacer llegar a muchos ciudadanos hasta los distintos centros de votación en el municipio.
Por ello, al promediar las horas y cristalizarse el triunfo de Gustavo Petro ante Rodolfo Hernández, la satisfacción resultó mayúscula cuando Manuel Rojas Hurtado comprobó que gracias a los esfuerzos realizados aportó la no despreciable suma de 1600 votos.
De esta manera constató no sólo la victoria del candidato de su preferencia, sino tuvo la sensación de una suya, junto a la satisfacción plena de haber cumplido el deber con la Patria y sus hijos, demandando un país socialmente más justo e incluyente.
Escribe: CARLOS ALBERTO RICCHETTI*
*Periodista, escritor, poeta y cantautor. Director general de Diario EL POLITICÓN DE RISARALDA y de su suplemento, ARCÓN CULTURAL. Integrante de ¡UYAYAY! COLECTIVO POÉTICO, así como del CÍRCULO DE POETAS IGNOTOS.
Comments